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domingo, 8 de abril de 2012

Los vikingos en la Península - 1ª parte, por Alberto Fernández

Este artículo pretende ambientar la espléndida figura de vikingo sobre  el drakkar de Historic Art Miniatures pintada por mí, una espléndida manufactura en resina a 75 mm que ha resultado una gozada de pintar. Dadle al play y disfrutad de la lectura.


apocaliptica - unforgiven






En el reino de Asturias sólo los monasterios, en especial los gallegos, debieron ser un objetivo apetecible para los vikingos. El resto del territorio estaba formado por aldeas, y apenas existían algunos núcleos apetecibles para obtener un botín como eran Lugo, Oviedo y Gijón, localidades que podían recibir el calificativo, y siendo generosos, de ciudad. Lugo había perdido el esplendor de la época romana. Gijón debió sufrir ataques y saqueos de naves musulmanas. Y Oviedo era una ciudad nueva de escaso tamaño. Desde luego nada comparado con las ciudades del sur, Lisboa, Sevilla y en especial Córdoba. El sepulcro de Santiago fue descubierto unos pocos años antes. En Oviedo San Julián de los Prados se había terminado hacía sólo dos años, y el resto de las obras significativas de la época, o estaban en construcción, o todavía no habían sido ideadas.

          La costa asturiana, como la del todo el Cantábrico, sólo estaba poblada por pequeñas aldeas de mariñanes, es decir familias que combinaban las actividades de la pesca, las huertas y pequeñas ganaderías. Gijón era un buen referente y las aldeas que jalonaban la costa este del cabo Peñas, Jove, Candás, Luanco, un magnífico lugar de aprovisionamiento. Hay que señalar que el cabo Peñas, por los vientos y las corrientes era difícil de doblar, por lo que las naves, hasta la época moderna esperaban en Luanco o Candás a que los vientos fueran propicios. De paso aprovechaban para abastecerse especialmente de agua. Sirva como ejemplo el caso de Candás a cuyas fuentes y cobijo natural llegaron desde corsarios ingleses, hasta los marineros vascos antes de emprender rumbo hacia Terranova.



Barrio de Cimadevilla en Gijón
          
Según el "Chronicon Sebastiani", se nombra a la ciudad de Gijón, como el primer lugar en suelo hispano al que llegaron los vikingos, hace casi doce siglos entre el 31 de julio y el 1 de agosto del año 844 según las diversas fuentes.

Se trataba de una expedición danesa que se aventuró más allá del canal de la Mancha, en un primer momento con la intención de saquear la costa de Aquitania y que tras saquear Toulouse fue sorprendida en el Golfo de Vizcaya por una tormenta que les llevó a las costas de Gijón, no se sabe seguro si llegaron a desembarcar en este punto pero está claro que continuaron hacia Galicia con el objetivo de saquear las aldeas costeras del naciente y casi desconocido para ellos reino de Asturias .

Drakkar vikingo
La flota Vikinga continuó bordeando la costa hasta alcanzar el Farum Brigantium (La Torre de Hércules). Al ver la impresionante edificación debieron de pensar en la oportunidad de obtener un importante botín pero sólo encontraron una pequeña aldea y al ejército de Ramiro I de Asturias que les debían de estar vigilando, plantándoles cara e infringiéndoles una severa derrota, donde la crónica General de España de Rodrigo de Toledo y Lucas de Tuy afirma :

"Y así ocurrió allí que el rey don Ramiro los venció y desbarató, y luego mandó poner fuego a la flota y les
quemó LXX naves".
La Torre de Hercules


Los bravos guerreros del Norte abandonaron el lugar con una escuadra que, aunque mermada, contaba aún con cincuenta y tres bajeles y otras tantas barcas, por lo que optaron por continuar la expedición tomando rumbo a Lisboa donde arribaron el 20 de agosto, atacando la plaza durante 13 días pero sin éxito, tras este varapalo los vikingos pusieron sus ojos en el floreciente Al-Andalus donde tomaron Cádiz y remontando el Guadalquivir llegaron hasta Sevilla, que fue conquistada y saqueada por los vikingos a pesar de que el emir Abd al-Rahman II fue advertido por el gobernador de Lisboa. En las marismas del Guadalquivir los vikingos se hicieron con numerosos caballos que les permitieron realizar numerosas incursiones en la región. El emir reclutó con gran celeridad un numeroso ejército para luchar contra los vikingos a quienes los musulmanes denominaban al-magus o madjus palabras con las que designaban a los paganos, y puso al frente de él al poderoso gobernador de la frontera norteña Musa ibn Qasi. Los vikingos después de estas victorias iniciales deciden dispersarse en pequeños grupos para extender el pillaje hacia Córdoba y otros lugares.




   
Se inició la revancha andalusí al realizar una emboscada en el lugar denominado Quintos de Muafar, el siguiente paso de Musa fue retomar Sevilla liberando al gobernador que se encontraba prisionero en la alcazaba. Los vikingos huyeron con sus naves remontando el Guadalquivir para unirse con los destacamentos que se dirigían a Córdoba, y una vez reunidas,  las huestes vikingas descendieron por el Guadalquivir hostigados por las tropas del emir. Aguas abajo de Sevilla se llegó a un acuerdo en el que los vikingos, a cambio de sus rehenes,  recibirían ropas y víveres. Sin embargo las tropas del emir cerca de Talyata atacaron, causando unos quinientos muertos y la pérdida de cuatro barcos. Los vikingos en respuesta a este ataque saquearon la población de Niebla antes de su vuelta al Atlantico.

Y aquí termina esta primera incursión en la península de este fascinante pueblo del norte.


Continuará.....



(FUENTES: http://espanaeterna.blogspot.com.es/2011/10/los-vikingos-atacan-espana-1-parte.html ; National Geograpihic Historia nº 89; La Monarquia Asturiana Ed. La Nueva España; )


Bueno, tras esta introducción, comentaros que en cuanto llegó esta fantástica figura a mis manos me puse manos a la obra. Se pintó la base y se le dio luz al drakkar y la capa con aerógrafo, el resto del trabajo a pincel. Del escudo saqué dos copias más con el instant mold y feroca, para poder añadirlos al casco del Drakkar.




Al casco del barco le apliqué sombras con óleos para acentuar el contraste.



Ahora os daré una breve explicación de cómo se ha realizado el efecto del agua sobre el casco: primero modelé con feroca la forma de las olas, aplicando en la zona de la espuma un punzón para dejar un efecto de esponjado. Una vez la masilla ha fraguado se procedió a pintar con azules y grises el agua intentando conseguir el efecto de agua agitada. El siguiente paso es pintar con water still de Vallejo como si de barniz se tratara, y a su vez se colocó perlón en los puntos de choque del agua para simular la espuma y se pintó con el water still dándole la forma a la espuma, para que cuando endurezca se quede fijo.
Por último, desde el frontal del casco y con el pincel mojado de water still se salpicó la figura completa dando la sensación de gotas y salpicaduras en el casco de la nave y la figura.






Alberto Fernández Conde






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